- Maestro, ¿cuándo sabemos que estamos en presencia de una persona centrada, en la que podemos confiar plenamente? - Hijo, evita la confianza plena; es peligrosa. En seguida, todo hombre fluctúa entre la contemplación serena y la acción enérgica. La persona centrada es aquella que está en equilibrio entre ambos extremos. Cualquier inclinación hacia alguno, la descentra.






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