Ying -Yang.

Érase una vez la Nada. Un día la Nada decidió dejar de ser Nada, y dijo:
“Voy a ser Algo”. Así pues, a partir de ese pensamiento
original se creó la realidad.
 Llamemos a la Nada cero. Si
esto es así, la Nada quiere crear algo, por ejemplo el uno
(1). Pero claro, no puede crear el uno, puesto que tiene
cero. Así pues, para crear el uno tiene que hacer una
concesión: el precio a pagar es que también tiene que crear
el menos uno (–1). Esto es porque si al uno le sumamos
el menos uno, seguimos teniendo cero (1–1=0).
De la misma manera, para crear el 2, también necesitamos el –2,
y así sucesivamente.
 Los chinos dicen que del Wu–Chi apareció el Yin
(nuestro –1) y el Yang (nuestro 1). Por lo tanto, todo lo
que existe, tiene su anti–yo, su contrapartida, y ambas
partes son complementarias y se necesitan mutuamente
para existir. Por ejemplo, el Sol, creador del día, necesita
de la Luna, creadora de la noche. El hombre necesita la mujer.

(Libro : DESCUBRE UN NUEVO MUNDO.)